Ella vino de Barcelona para casarse en Caparroso. Allí siempre había hecho ballet desde pequeña, ya que era algo que le entusiasmaba.
Sus clases comenzaron con unas 12 niñas, todas amigas de sus hijas entre los 6 y los 9 años.
La primera actuación tuvo lugar en un festival de Navidad y a la gente le gustó tanto que comenzaron a aumentar las inscripciones para el próximo curso.
El lugar donde Mª Teresa daba sus clases era en una de las habitaciones de su piso pero poco a poco fue quedándose pequeño y fue a pedir ayuda al Ayuntamiento. El ayuntamiento le propuso que si se encargaba de adecentar las escuelas viejas, podrían usar el edificio para las clases.
No se lo pensó dos veces y comenzó a hacer las reformas para construir una clase, vestuarios y baños.
Se apuntaron prácticamente todas las niñas del pueblo, más de 100. En aquella época los chicos no estaban interesados en la actividad y por ello no había ninguno.
Por si fuera poco, ante la demanda de las madres, también comenzó a dar clases de gimnasia de mantenimiento a las señoras.
Allí estuvo varios años hasta que construyó un estudio de ballet en la casa en la que actualmente vive.
Cada año organizaba un festival de fin de curso en el que participaban niñas no solo de Caparroso, sino de otras localidades. Ella era la encargada de impartir las clases, crear las coreografías y diseñar los vestidos.
Mª Teresa estuvo como profesora cerca de 18 años hasta que por causa de su corazón lo tuvo que dejar. Todavía hoy día en junio le entra la morriña del festival
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